El reciente incremento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 12% al 15% en Ecuador ha encendido el debate económico y social. Esta medida, anunciada en un contexto de crisis fiscal y creciente inseguridad, tiene el potencial de fortalecer las arcas del Estado, pero también de golpear el consumo, aumentar la informalidad y agudizar la desigualdad. ¿Estamos ante una solución fiscal o una carga económica para los hogares y negocios?
¿Por qué se incrementó el IVA?
El principal objetivo del aumento es elevar la recaudación tributaria. Con una tarifa del 15%, el Servicio de Rentas Internas (SRI) espera recaudar cerca de US$ 9,400 millones, lo que representa US$ 1,300 millones más que en 2023. Este ingreso adicional podría destinarse a programas sociales, infraestructura y, sobre todo, a fortalecer la seguridad ciudadana.
¿Cómo impacta en el consumo?
El IVA es un impuesto indirecto que afecta directamente al precio de los bienes y servicios. Con el incremento, es esperable que los productos básicos y servicios aumenten de precio, reduciendo el poder adquisitivo de las familias, especialmente de los sectores más vulnerables.
Y lo que es peor: una caída en el consumo podría contrarrestar la intención de recaudar más. Entre enero y marzo de 2024, incluso antes del alza, la recaudación de IVA ya había caído en US$ 12 millones, lo que pone en duda el efecto real del aumento si el consumo sigue desacelerándose.
¿Y la inflación?
El aumento del IVA puede generar presiones inflacionarias, especialmente si se traslada directamente a los precios finales. Esto deterioraría aún más el poder de compra, generando un círculo vicioso entre menor consumo y menor actividad económica.
Un golpe más duro para los que menos tienen
El IVA es un impuesto regresivo, lo que significa que afecta proporcionalmente más a las personas con menos ingresos. Mientras una familia de altos ingresos puede absorber el aumento sin mayores ajustes, una familia de bajos recursos verá comprometido su acceso a bienes esenciales. Esto podría ampliar la brecha socioeconómica y poner en entredicho la equidad fiscal.
¿Más evasión y economía informal?
Un efecto colateral del aumento es que hacer trampa se vuelve más atractivo. El incremento en la tarifa puede incentivar la evasión fiscal y el crecimiento del comercio informal, generando competencia desleal para quienes sí cumplen con la ley. Esto podría debilitar el efecto recaudatorio esperado si no se acompaña de controles más estrictos y estímulos a la formalización.
¿Qué se debería considerar?
Aunque muchos ciudadanos apoyan la necesidad de financiar la lucha contra la inseguridad, también hay consenso en que esta medida debe ser transitoria. Evaluar su impacto real será clave para decidir si es viable reducirlo gradualmente al 13% una vez que la situación fiscal y social se estabilice.
Conclusión
El aumento del IVA al 15% es una medida fuerte, que busca resolver problemas urgentes a corto plazo. Pero no está exenta de riesgos: menor consumo, más informalidad, presión inflacionaria y mayor carga sobre los más pobres. La clave estará en cómo el Estado gestione estos recursos, comunique su uso, y acompañe con políticas de control, redistribución y reactivación.

¿Golpe al bolsillo o salvavidas fiscal? Así te afecta el nuevo IVA del 15% en Ecuador